La rehabilitación de la baja visión es un programa especializado que ayuda a las personas con discapacidad visual significativa a maximizar la visión restante y recuperar la independencia en las actividades diarias. Está diseñado para abordar las necesidades y desafíos específicos que enfrentan las personas con baja visión, que generalmente es causada por afecciones como la degeneración macular, el glaucoma, la retinopatía diabética u otras enfermedades oculares.

El objetivo de la rehabilitación de la baja visión es mejorar la visión funcional, mejorar la calidad de vida y promover el bienestar general. El programa se adapta a las habilidades visuales, el estilo de vida y los objetivos únicos de cada individuo. Puede implicar una combinación de ayudas visuales y dispositivos de asistencia, como lupas, telescopios, dispositivos electrónicos y tecnologías adaptativas. Además, se brinda capacitación para desarrollar estrategias compensatorias, como mejora del contraste, modificaciones de iluminación y posicionamiento óptimo para leer o realizar tareas.

La rehabilitación de la baja visión generalmente la lleva a cabo un equipo de profesionales, incluidos optometristas, oftalmólogos, terapeutas ocupacionales y especialistas en orientación y movilidad. Trabajan en colaboración para evaluar las capacidades visuales del individuo, prescribir ayudas y dispositivos apropiados y brindar capacitación sobre su uso efectivo. El programa también incluye asesoramiento y apoyo para ayudar a las personas a afrontar los aspectos emocionales y psicológicos de la pérdida de la visión.

Al participar en rehabilitación de baja visión, las personas con discapacidad visual pueden recuperar la independencia, mejorar su visión funcional y mantener un estilo de vida activo y satisfactorio.