Un tumor ocular es un crecimiento anormal de células dentro o alrededor del ojo. Existen varios tipos de tumores oculares, incluidos tumores benignos como nevos y hemangiomas, así como tumores malignos como melanoma y retinoblastoma. Los tumores oculares pueden desarrollarse en diferentes partes del ojo, incluidos el párpado, la conjuntiva, la córnea, el iris, el cuerpo ciliar, la coroides, la retina y el nervio óptico.

Los tumores oculares pueden causar una variedad de síntomas, según su ubicación y tamaño. Estos síntomas pueden incluir cambios en la visión, como visión borrosa o distorsionada, moscas volantes, destellos de luz y pérdida de la visión periférica. Otros síntomas pueden incluir dolor, enrojecimiento, hinchazón o una masa o bulto visible en el ojo o el párpado. Si se sospecha un tumor ocular, un oftalmólogo realizará un examen ocular completo y puede solicitar pruebas de imágenes como una resonancia magnética o una ecografía para confirmar el diagnóstico y determinar la extensión del tumor.

El tratamiento de los tumores oculares depende del tipo, la ubicación y el tamaño del tumor, así como de la salud general del paciente. Las opciones pueden incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos. Es importante detectar y tratar los tumores oculares a tiempo para prevenir complicaciones como la pérdida de la visión o la diseminación a otras partes del cuerpo. Los exámenes oculares periódicos y los autoexámenes pueden ayudar a detectar cualquier anomalía en el ojo y solicitar una evaluación adicional por parte de un oftalmólogo si es necesario.