La uveítis es una afección caracterizada por la inflamación de la úvea, que es la capa media del ojo. La úvea está formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides, y desempeña un papel vital en la nutrición del ojo y la regulación de su función. Puede ser causada por varios factores, incluidas infecciones, trastornos autoinmunes, traumatismos oculares o afecciones sistémicas subyacentes. La inflamación asociada con la uveítis puede afectar uno o ambos ojos y puede variar en gravedad y duración.

Los síntomas de la uveítis pueden incluir enrojecimiento de los ojos, dolor, sensibilidad a la luz (fotofobia), visión borrosa, moscas volantes (manchas o motas en el campo de visión) y disminución de la agudeza visual. Es importante buscar atención médica inmediata si experimenta estos síntomas, ya que la uveítis puede provocar complicaciones que pueden afectar su visión si no se trata. Un oftalmólogo evaluará su afección, determinará la causa subyacente de la uveítis y desarrollará un plan de tratamiento adecuado.

El tratamiento de la uveítis generalmente implica abordar la causa subyacente de la inflamación y controlar los síntomas. Esto puede incluir el uso de medicamentos antiinflamatorios, como colirios con corticosteroides o medicamentos orales, así como colirios dilatadores para aliviar el dolor y prevenir complicaciones como las sinequias (adherencias entre el iris y el cristalino). A veces se recetan medicamentos inmunosupresores para controlar la respuesta inmunológica. Las visitas de seguimiento periódicas con su oftalmólogo son esenciales para controlar el progreso del tratamiento y garantizar un manejo adecuado de la uveítis.